Las motos de la fábrica de Hinckley empezaron a ganar su fama a mediados del siglo XX no solo por su carácter único y atractivo diseño, que llevaba a las estrellas del cine y la música a confiar en ellas, sino también por su enorme fiabilidad y prestaciones. Motoristas de todo tipo con necesidades de conducción diferentes empezaron a modificar sus Triumph para hacerlas más ligeras y potentes, como en el mundo Cafe Racer; con mayor personalidad y estabilidad como el estilo Bobber; incluso más resistentes y adaptadas para la conducción off road en las carreras del desierto, dando lugar al «scrambling». [Leer más…] acerca deStreet Scrambler Dirt por Triumph Madrid y Diego Grande