
Las motocicletas LMW (Leaning Multi-Wheel) de Yamaha son un género único con una configuración de tres ruedas, dos delanteras. Tal y como sugiere la denominación del modelo «Triple (tres)» y «City (Ciudad)», la serie Tricity está muy enfocada a desplazamientos urbanos sobre todo en la 125 cc, pero esta 300, nos da un extra de potencia para poder ir un poco más lejos a velocidades más alegres.
Sus tres ruedas, pedal de freno e intermitencias no integradas, nos permiten conducirla con sólo tener el carnet B. Algo que hay que tener muy en cuenta si no quieres un coche para moverte en ciudad por los atascos, tickets de aparcamiento, mantenimiento, precio, consumo, etc. Esto es, no hace falta ir a la autoescuela para sacarse un A y disfrutar de una moto.
Con una longitud total de 2.050 mm y una distancia entre ejes de 1.595 mm, la Tricity 300 da la impresión de ser más grande que un scooter grande de 250 cc. Es algo que se nota a la hora de aparcarla, necesitas más espacio por sus dos ruedas delanteras. Su peso es de 239 kg que no está mal, pero no es incómoda de manejar en parado, su ángulo de giro de 72 grados ayuda mucho.

La altura del asiento al suelo es de 795mm, pero el asiento es tan ancho que con mis 1,82 m de altura, al poner los pies en suelo, me di cuenta que iba a agradecer el Tilt Lock Assit (del que hablaremos en un momento). El asiento y otras partes de la parte trasera de la Tricity 300 son iguales a los del X-Max, y la forma del asiento es la misma.
La Tricity 300 es el último modelo LMW después de la Tricity 125 y la Nyken. Con una distancia entre ejes de 1.595 mm, la principal característica de la Tricity 300 es su alto nivel de diversión, que da al conductor la sensación de estar conduciendo un vehículo de gran tamaño como una touring de alta velocidad.
El aspecto más llamativo de esta Yamaha es la sensación de agarre que sólo la mecánica LMW puede proporcionar. El mero hecho de tener dos ruedas delanteras confiere a la motocicleta una gran sensación de seguridad… ¿cómo es posible?

Con una horquilla para cada rueda, incluso si una rueda pisa una alcantarilla mojada, hojas o tierra, la otra rueda mantendrá su agarre. En otras palabras, no resbalará de golpe, por lo que, incluso en un día de lluvia, se puede conducir con tranquilidad. También es menos susceptible a las irregularidades del asfalto y fácil de conducir con pasajero.
La Tricity 300 tiene todas las características LMW, pero con una mayor distancia entre ejes y un chasis más flexible, lo que la hace más divertida. Su estabilidad y flexibilidad unidas a la fuerza centrífuga ejercida en las curvas da a la motocicleta una sensación de agarre muy fuerte con la carretera y una gran sensación de control. Además llevamos freno (Nissin) combinado (1 disco en cada rueda delantera y otro en la trasera), ABS y control de tracción.

LMW significa Leaning Multi Wheel, y se refiere a los vehículos Yamaha con «tres o más ruedas» que se «inclinan» y giran de la misma manera que las motocicletas. En el interior, la Tricity 300 cuenta con un mecanismo de paralelogramo paralelo que intercala el movimiento de las ruedas izquierda y derecha. Otra novedad de la Tricity 300 es el sistema de asistencia en parado (Tilt Lock Assist), una función que bloquea el paralelogramo. Si se utiliza en parado, la motocicleta guarda el equilibrio por si sola, estés sentado o de pié sobre ella, algo muy útil y cómodo cada vez que paramos en un semáforo, y si además no eres muy alto. Para que funcione, se tienen que cumplir tres condiciones:
- No estamos acelerando.
- Vamos por debajo de 2000 rpm.
- La velocidad es menor a 10 km/h.
Cuando se cumplen, el chivato de la pantalla LCD parpadea para indicarnos que podemos pulsar el gatillo de la piña izquierda para activarlo. En cuanto aceleremos lo más mínimo, se desactivará.
Estos sistemas y la diversión que nos aporta el extra de agarre son lo más llamativo de la Yamaha Tricity 300, pero hay más detalles que mencionar. Como buena opción para utilizar en ciudad, la capacidad de almacenamiento bajo el asiento es muy buena, para dos cascos integrales y algo más o una cartera/bolsa de buenas medidas con su luz de cortesía.
Llevamos pata de cabra con bloqueo y caballete, llave RF que activa una sencilla rueda para el encendido, apagado, activación de apertura de tapa de depósito y asiento y bloqueo de dirección.

El parabrisas delantero es un acierto en cuanto a que no molesta lo más mínimo a la vista y nos quita bastante aire, es justo el tamaño que necesitamos para las velocidades que vamos a alcanzar con la Tricity 300 que pocas veces superarán los 130 km/h.
Respecto a la instrumentación, es bastante completa en un amplio panel LCD donde resaltan la hora y velocidad y también indica nivel de combustible, RPMs, Trips, activación del control de tracción, temperatura del aceite, nivel de carga de la batería, activación/desactivación de la señal acústica del Tilt Lock Assist, consumo medio (por cierto, en torno a los 3 litros) y testigos de luces, intermitencias….

Todas las ópticas son LED y el diseño es bastante llamativo sobre todo en su parte frontal.
Los que nos sigáis de tiempo, sabréis que es nuestra primera prueba de «scooter», pero realmente la Yamaha Tricity 300 no es un scooter como tal, nosotros lo llevaríamos más al sector «moto» (sin serlo del todo). Llevamos motor monocilíndrico de 292 cc y 28 cv de potencia a 7250 rpm y podemos inclinarnos en las curvas más de lo que imagináis, incluso siendo la primera vez que cogemos una moto…¿o realmente es un scooter? 😉
Y ahora, para averiguar si es todo bueno en esta Yamaha Tricity 300 puedes ver el video de opinión
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