
En el momento de ponernos a escribir estas líneas, hemos leído que Paulino Rodriguez, «Pau», organizador del festival Motorbeach que este año alcanzaba su séptima edición, ha anunciado un posible cambio de ubicación del festival para el próximo año.
Haciendo muy breve resumen de lo leído, las posible causas apuntan la climatología asturiana no siempre favorable y la falta de apoyo al festival de algunas instituciones.
Desde nuestro punto de vista de asistentes a las 3 últimas ediciones, decir que las condiciones de celebración de la edición 2018, bautizada como «Barrobeach» han podido también influir en la disminución de asistencia en la última edición, y es que, el año pasado estuvo lloviendo durante, al menos, una semana antes de la celebración del festival y el terreno saturado de agua, se hizo en algunas zonas del recinto, impracticable durante los días de celebración del festival, que si recuerdo bien, no llovió.

Pero esto sólo ha sido una edición de las tres que hemos estado presentes. La edición 2017 fue la que nos conquistó y nos hizo repetir, rodeados de un ambiente genial mientras escuchábamos los conciertos sentados en un césped de concurso.
Respecto a la de este año, podemos decir que fuimos prevenidos de una posible lluvia para los días viernes y sábado que luego fue menos de lo que marcaban las previsiones. Esto nos hizo mirar al evento con cierta duda, pero hay que reconocer que no tuvo nada que ver con la mencionada «Barrobeach». Este año, que nosotros tengamos noticia, sólo se se suspendió la «carrerona» del viernes porque el jueves tarde llovió, y las condiciones de seguridad no eran las necesarias. Más allá de esto, todo el festival fue «sobre ruedas», rutas, «el donut», surf, natación, conciertos….todo lo que esperábamos los motorbeachers y que nos encandila del festival.

Después de la asistencia a muchos y variados festival en todo el territorio nacional, durante unos 15 años, tenemos que reconocer que el Motorbeach es un evento/festival que reúne todas las condiciones para que la gran mayoría del público que asiste se vaya con el sentimiento de haber vivido algo auténtico y querer repetirlo en el próximo año. El ambiente es intachable en cuanto a público respetuoso, amigable, animado y concienciado con el entorno. Respecto a las actividades, no sólo tienes conciertos como en muchos de los conocidos festivales nacionales, tienes varias actividades para diversos aficionados, ya te gusten las motos, el surf, el skate, la ropa, los tatuajes, etc.
En cualquier caso, y sea cual sea la dirección que tome el festival, nosotros apostaríamos por la mejora de las condiciones de celebración en el actual y privilegiado entorno de la Playa de la Espasa, esto es, si el principal escollo a salvar son las inclemencias del tiempo, nuestra sugerencia pasaría por disponer de más zonas cubiertas tanto para las actividades, como para la acampada, parking, etc.

Pero bueno, vayamos a lo visto este año, y dejemos las decisiones más trascendentales para los organizadores.
No mucho difiere de lo visto en 2019 de lo visto en 2018 salvo la parte del half-pipe de skate y la zona de actividad surfera infantil. Muchos puestos de para los aficionados a las motos y surfistas, de ropa, cascos, tablas, accesorios, constructores y marcas comerciales como BMW y Yamaha con las personalizaciones de la NineT y XSR 700 (Yard Built) respectivamente, y Bell con una buena exposición de cascos.
Estuvo presente el «Wall of Death», la zona dirt track «El Donut» (de la que no pudimos disfrutar en 2018), la playa de La Espasa para las actividades de surf, paddle surf, natación, etc, las rutas en moto por el espectacular entorno, buenos conciertos de rock, blues… y varias opciones de food trucks, pasando por la zona de diseño y aerografía, barbería, etc.

Sobre la climatología, los primeros días fue buena y a partir del jueves ya empezamos a tener rachas de llovizna, que nunca obstaculizó la celebración de las actividades dentro del recinto, pero si la celebración de la La Carrerona, suspendida por motivos de seguridad según la organización. La ley de Murphy apareció para regalarnos un día espectacular de domingo cuando ya algunos habían recogido e iniciado el camino a casa, y nos hizo darnos cuenta de lo acertada que es la ubicación para el festival.

Hay que valorar que este año la superficie del recinto fue practicable en todo momento, así que sólo dependía de la equipación propia y de la ganas de disfrutar para aprovechar más o menos cada momento.
Nada faltó de lo que se necesita para pasarlo bien y disfrutar del Motorbeach, o quizá sí, un poco más de público.
Al final del artículo tenéis un video que hace un poco más gráfico este ligero resumen. Agradecer a los organizadores y expositores las facilidades y atención prestada y sobre todo, transmitir todo nuestro apoyo de cara al Motorbeach 2020, un evento que creemos autentico y diferente, hecho para aficionados a las motos, al surf, a la música y al buen rollo. ¡Gasolina y Salitre!

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